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Comercio de proximidad en Menorca: mucho más que hablar de CO₂

Descubre por qué el comercio de proximidad en Menorca aporta asesoramiento, empleo local y producto Km 0. El ejemplo de El Paladar y su tienda online.

Comercio de proximidad en Menorca: mucho más que hablar de CO₂

Por qué apoyar el comercio de proximidad en Menorca

En los últimos días hemos visto cómo la nueva campaña de apoyo al comercio local ha generado debate, especialmente entre los más jóvenes. Es lógico: hoy comparamos precios en segundos, compramos desde el móvil y recibimos paquetes de medio mundo en la puerta de casa. Es normal que mucha gente se pregunte: “¿De verdad compensa comprar en una tienda de Menorca?”.

La respuesta no es un “sí” ciego ni un “no” rotundo. La cuestión es otra: ¿estamos valorando todo lo que hay detrás de una tienda de proximidad o solo miramos el número final del ticket? Porque el comercio local no es solo un sitio donde se pasa la tarjeta: es asesoramiento, soluciones a problemas concretos, empleo estable, vida en las calles de la isla y apoyo directo a productores de aquí y de fuera.

No se trata de demonizar las compras online ni de culpabilizar a nadie por pedir un paquete por internet. Se trata de recordar que, en la medida de lo posible, tenemos la oportunidad de decidir qué modelo de economía queremos alimentar con cada compra.


Más allá del precio: lo que hace cada día el comercio de proximidad

Cuando entramos en un pequeño comercio, a veces solo vemos estanterías y precios. Pero detrás hay mucho más trabajo del que se percibe a simple vista:

  • Asesoramiento profesional: alguien que escucha lo que necesitas, te hace preguntas y te recomienda la mejor opción para tu caso, no la más cara ni la que “toca vender”.
  • Solución de dudas y problemas reales: ¿no sabes qué vino combina con un plato? ¿Tienes un presupuesto concreto para un regalo de empresa? ¿No tienes claro qué producto es mejor para una intolerancia o una dieta concreta? En la tienda te lo resuelven al momento.
  • Responsabilidad y cara visible: si algo sale mal, sabes dónde volver, con quién hablar y cómo se va a gestionar la incidencia. No eres un número de pedido perdido en un chat automático.
  • Selección y filtro previo: el comerciante ya ha hecho el trabajo de probar, elegir proveedores y descartar aquello que no da la talla. No todo vale en una tienda que vive de la confianza de sus vecinos.
  • Conocimiento del producto: detrás de cada queso, botella de vino o conserva suele haber una historia: quién lo hace, dónde, cómo se elabora y cómo se disfruta mejor.

Todo eso no aparece desglosado en la factura, pero forma parte del valor real de la compra. Es servicio, tiempo y atención personalizada que difícilmente caben en la lógica del “lo añado al carrito y listo”.


Motivos reales para apoyar a los pequeños comercios de Menorca

Más allá del argumento ecológico, que puede explicarse mejor o peor, hay razones muy concretas para intentar apoyar el comercio de proximidad siempre que podamos:

  • El dinero se queda en la isla
    Una parte muy importante de lo que gastas en una tienda menorquina vuelve a Menorca en forma de salarios, alquileres, servicios profesionales, impuestos, patrocinios, etc. No desaparece en una gran plataforma con sede a miles de kilómetros.
  • Empleo estable y cercano
    Detrás de cada persiana subida hay personas que trabajan todo el año, también fuera de temporada, y que dependen directamente de que alguien entre por la puerta.
  • Calles vivas y seguras
    Los comercios abiertos iluminan, generan movimiento, atraen a vecinos y visitantes. Un centro lleno de tiendas abiertas no se parece en nada a un centro de locales vacíos y persianas bajadas.
  • Tejido social
    El comercio de proximidad sostiene pequeños patrocinios, donaciones a asociaciones locales, sorteos en fiestas, actividades en el barrio… Eso también forma parte de la “cuenta de resultados”, aunque no salga en ningún Excel.
  • Rapidez cuando hay un imprevisto
    A veces no puedes esperar a que “llegue el paquete”. Necesitas un detalle hoy, un pedido urgente para una celebración, una bandeja preparada o una solución a un problema concreto. Ahí es donde el comercio local marca la diferencia.
  • Más coherencia con el producto que se vende
    En sectores como la alimentación, tiene sentido que exista una red de tiendas que conocen a los productores, que saben cómo se ha elaborado lo que están vendiendo y que pueden dar la cara por ello.

Claro que el precio importa, y a veces la diferencia es grande y hay que mirar el bolsillo. Pero muchas otras veces, por unos euros de más o incluso por el mismo precio, podemos elegir un modelo de consumo que cuida nuestro entorno mucho más de lo que pensamos.


Las tiendas no solo venden: también acompañan y solucionan

Hay una idea muy extendida de que el comercio “solo quiere vender”. Y sí, como cualquier empresa, necesita ventas para sobrevivir. Pero quien lleva años al frente de una tienda sabe que, si solo se limitara a cobrar, no duraría mucho.

En el día a día, el pequeño comercio:

  • Ayuda a escoger productos según el presupuesto real del cliente.
  • Plantea alternativas cuando algo está agotado o no encaja.
  • Avisa de alergias, ingredientes, procedencias y posibles contraindicaciones.
  • Sugiere cómo conservar, servir y aprovechar mejor cada producto.
  • Resuelve incidencias: un producto que no ha salido bien, un pedido que hay que adaptar, un cambio de última hora.

Todo esto es tiempo, conocimiento y dedicación que, muchas veces, no se valora hasta que se pierde.


El ejemplo de El Paladar: km 0, producto nacional, internacional… y también tienda online

En El Paladar llevamos años viviendo en primera persona esta realidad. Nuestras tiendas físicas en las Islas Baleares nacen con una idea clara: poner en valor el producto bien hecho, empezando por el producto de Km 0 y sumando después una selección de referencias nacionales e internacionales que encajen con nuestra filosofía de calidad.

En nuestras jamonerías y tiendas gourmet:

  • Trabajamos con productos típicos de Menorca y Baleares, apoyando a productores locales que mantienen viva una forma de elaborar única.
  • Cuidamos una selección muy amplia de productos nacionales: quesos, embutidos, vinos, conservas y dulces de diferentes rincones de España.
  • Sumamos productos internacionales que completan la experiencia: quesos de otros países, chocolates, vinos, conservas especiales… siempre con criterio y exigencia.

Y, al mismo tiempo, creemos que comercio local y comercio online no son enemigos, sino aliados si se usan con sentido. Por eso también contamos con nuestra tienda online www.elpaladar.es, que nos permite:

  • Hacer llegar productos de Menorca y del resto de Baleares a la Península y al resto de Europa.
  • Dar visibilidad a pequeños productores que, de otro modo, tendrían muy difícil salir de la isla.
  • Ofrecer una opción cómoda a clientes que ya nos conocen, confían en nuestro criterio y quieren seguir comprando aunque no vivan aquí.

Es decir: apostamos por el Km 0 y por el tejido local, pero entendemos que vivimos en 2025 y que la digitalización bien utilizada es una oportunidad, no una amenaza.


Qué puede esperar un cliente cuando entra en una tienda como El Paladar

Más que un mostrador, intentamos ser un lugar donde la gente viene a resolver dudas y a construir momentos alrededor de la mesa. Algunas cosas que hacemos a diario:

  • Ayudar a elegir el jamón, queso o lote de productos que mejor encaje con el presupuesto de cada persona, sin presiones.
  • Preparar bandejas y detalles personalizados para celebraciones, empresas o regalos, adaptándonos a gustos y necesidades (intolerancias, preferencias, etc.).
  • Recomendar maridajes y formas de presentación para que un mismo producto luzca más y se disfrute mejor.
  • Explicar el origen y la historia de muchos de los productos que vendemos, porque pensamos que saber lo que comes también es parte del placer.
  • Atender reclamaciones y hacer cambios cuando algo no ha salido como debía. Porque la confianza se gana respondiendo cuando hay problemas, no solo cuando todo va bien.

Todo eso forma parte del “valor añadido” del comercio de proximidad: no es solo lo que te llevas en la bolsa, sino la tranquilidad de saber que detrás hay un equipo que responde y se implica.


No se trata de elegir bando, sino de elegir conscientemente

Nadie va a dejar de usar internet para comprar. Sería irreal pedirlo y, además, no tiene sentido: hay productos que solo encontraremos online, ofertas puntuales muy ventajosas o necesidades concretas que se resuelven mejor con un clic.

Pero sí podemos hacer algo muy razonable: cuando la diferencia de precio no es abismal, o cuando necesitamos servicio, asesoramiento y cercanía, dar una oportunidad al comercio de proximidad. Especialmente en una isla como Menorca, donde lo que pase con las tiendas de nuestros pueblos y ciudades condiciona directamente el tipo de isla en la que viviremos dentro de unos años.

En El Paladar seguiremos defendiendo esa combinación: producto de Km 0 y producto nacional e internacional seleccionado, tiendas físicas donde poder hablar, preguntar y probar, y tienda online para acercar Menorca y Baleares al resto del mundo.

Porque al final, detrás de cada compra hay mucho más que un paquete: hay un modelo de economía, de convivencia y de isla. Y eso, nos guste o no, lo decidimos entre todos cada día.

Publicado el en Curiosidades
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