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Amatller Flower Crunch Chocolate Bonbons in Tin 72 g

Amatller Flower Crunch Chocolate Bonbons in Tin 72 g

Delight in Amatller's Flower Crunch Bonbons—chocolate delicacies with edible flower crunch in an elegant 72 g tin. View more
Más info sobre Chocolates Amatller...

  • Sku 224619
Description

Amatller Flower Crunch Bonbons – 72 g Tin

Discover the exquisite harmony of fine chocolate and edible flower crunch with Amatller Flower Crunch Bonbons. Each bonbon is a culinary gem, offering a refined sensory experience crafted for the most discerning palates.

Sophisticated Flavor and Irresistible Texture

Indulge in the subtlety of premium chocolate that melts delicately in your mouth. The inclusion of flower crunch adds an irresistible texture, balancing the creamy smoothness with a delicate crisp finish.

Elegance in Every Detail

These bonbons are elegantly presented in a 72 g tin that preserves their freshness while adding charm and sophistication. The design reflects Amatller's passion for artisanal quality and visual beauty.

A Unique and Versatile Gourmet Gift

Perfect for personal indulgence or as a refined gift, these bonbons suit every occasion—from everyday treats to special events. The beautiful tin makes them an ideal gourmet detail to share or to savor alone.

Gastronomic Elegance in a Tin

Experience the luxurious fusion of flavors and textures that define Amatller’s Flower Crunch Bonbons—where chocolate becomes art.

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EL LEGADO DE LOS AMATLLER
La dedicación de los Amatller a la elaboración de chocolate empieza a finales del sXVIII, cuando Gabriel Amatller llega a Barcelona procedente de Molins de Rei, e instala una pequeña industria artesanal de fabricación de chocolate en el barrio de Santa María del Mar. 

Con los años, los hijos de Gabriel, Antoni y Domingo Amatller Ràfols, ampliaron el negocio con el comercio de frutos coloniales, con lo que se aseguraban el suministro de las mejores selecciones de cacaos, azúcares y vainillas para la fabricación de sus chocolates.
Antoni Amatller i Costa, nieto del fundador del Chocolate Amatller.

La fábrica Amatller del Poblenou, proyectada por el arquitecto barcelonés Pere Bassegoda y finalizada en el año 1878.
Cuando Antoni Amatller Costa, nieto del fundador, llegó al frente de Chocolate Amatller, la marca ya era importante dentro del mercado español. 

Sin embargo, él la llevó a un nivel superior, convirtiéndola en un modelo industrial y comercial del momento. A él se debe el extraordinario legado artístico publicitario de la marca que ha conseguido perdurar a lo largo de los años hasta hoy. 


Antoni era nieto del fundador de Chocolate Amatller, y siendo muy joven recorrió media Europa para descubrir nuevas tecnologías industriales. En 1878, con sólo 28 años construyó una moderna fábrica en Sant Martí de Provençals con un sistema de producción revolucionario, que permitía fabricar a gran escala, más rápido y sin perder calidad. 

Periódicamente viajaba a Cuba para supervisar personalmente las cosechas de cacao que importaba para elaborar su propio chocolate. Con él, la marca Amatller llegó a ser marca líder en España y un referente en Europa.
Antoni Amatller encargó obras a prestigiosos artistas del momento para sus anuncios publicitarios.
Además de la visión industrial y tecnológica, otra de sus principales  aportaciones a Chocolates Amatller  fue su gran visión comercial , introduciendo una novedosa técnica de venta, la publicidad.
Además de la visión industrial y tecnológica, otra de sus principales aportaciones a Chocolates Amatller fue su gran visión comercial, introduciendo una novedosa técnica de venta, la publicidad.
La Casa Amatller, en el Paseo de Gracia nº41 de Barcelona, fue la primera de las casas modernistas de la Manzana de la Discordia.
Su gran aportación al arte y arquitectura del Modernismo barcelonés fue el encargo de construcción de su vivienda, la Casa Amatller, diseñada por Antoni Puig i Cadafalch en el número 41 de Paseo de Gracia de Barcelona.

Antoni Amatller murió en 1910. Su hija, Teresa, continuó durante varias décadas más el negocio del chocolate, hasta que, al no tener descendencia, decide vender Chocolates Amatller SA. 
La familia Coll, una familia de tradición elaboradora de chocolate desde 1840 adquiere la marca en 1972 y la ha mantenido vigente en el mercado sin interrupción hasta el día de hoy.

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